domingo, agosto 05, 2012

No quiero una sociedad igualitaria

Hace mucho tiempo que, a pesar de amenazar con volver a escribir, resumo mis pensamientos en 140 carácteres.
Pero, hace tiempo que vengo escuchando de los distintos exponentes de nuestra atribulada clase dirigente, en su concepción más amplia que están procurando ir a una sociedad igualitaria.
Que entenderán por sociedad más igualitaria, ya tenemos una igualitaría para ir por más! Como si se tratará de imponer la doctrina del ladriprogresismo que encarna su mayor exponente, el Cristikirchnerismo?
Que es el igualitarismo en esta concepción del pseudo progresismo, doctrina en boga que legitima cualquier amañamiento político? Los acuerdos, las alianzas, los frentes, todos esos esquemas, desde la derecha a la izquierda pasando por los confusos que quedan en el medio, apuntan a una sociedad igualitaria.
Igualitarismo es en la visión del poder ejercido por esta runfla de inéptos pero no menos corruptos que se bañan en agua bendita la miseria de la asignación universal por hijo, o el haber jubilatorio que, en su mínimo, perciben más del 75% de la clase pasiva argentina, o quizas desde una visión menos economicista; desde lo social el matrimonio igualitario (valga la redundancia) y sus derivaciones legales; o yendo al ámbito de la reinserción de los presidiarios, las salidas Kulturales del "Vatallon Militante" , la lista es larga, pero podriamos cometer algún olvido que nos sería enrostrado por los defensores del igualitarismo.
No serán muchos los que lean estas líneas, quizas nadie las lea, pero voy a sentar mi posición.
Soy un emergente de la generación X; la generación pérdida, la que peleo en Malvinas, la de los chicos de la guerra que tuvieron que entrar por la puerta trasera, para no ser vistos pero que con sus vidas perdidas empujo al abismo al gobierno militar para recuperar la institucionalidad en 1983. Soy de los que, a diferencia de los sembradores del terror de los ´70, creyeron en la paz y la justicia para un país que había sufrido demasidos muertos de uno y otro lado. Soy de aquellos que piensan que el Nunca Mas no se mancha con nuevas redacciones del prologo, porque creo fervientemente en la Teoría de los Dos Demonios, soy de los que marcharon en 1982 con la Multipartidaria bajos los gases lacrimogenos y de los que militamos en política sin buscar prebendas, soy de los que marchamos contra los carapintadas en los levantamientos de 1987 y que nos quedamos en la Plaza, mientras que los ultras iban a confrontar en Campo de Mayo. Soy uno de los millones que creí y me decepcioné con el Proyecto de la Primavera Alfonsinista. Ese proyecto que fue desestabilizado, más allá de los errores de adentro que tenía y los dirigentes que no estuvieron a la altura de las circusntancias para criticarlo y defenderlo, pero para sostenerlo, en definitiva.
No quiero una sociedad igualitaria, quiero una sociedad justa.
Justa desde el concepto aristotélico, de dar a cada uno lo que le corresponde. Una sociedad justa con premios y castigos es la única vía de encontrar el desarrollo de la República, con divisón de poderes, controles cruzados, libertad, seguridad jurídica y respeto por la Ley. Res Publicae (cosa pública) eso que es de todos y que, no por ser de todos, es de nadie.  
Una sociedad justa constuye una República porque no hay prebendarismo, y todos a partir del respeto a la Ley somos iguales ante ella. Pero esa igualdad es igualdad entre iguales, no es lo mismo el que delinque que el que no lo hace, no es lo mismo en términos discepolianos un burro que un gran profesor, ser derecho que traidor, ignorantes, sabios, chorros, generoso que estafador. Porque hoy, como 70 años atras "los inmorales nos han igualao".
Eso. Nada más que una sociedad justa para que el tango Cambalache no sea nuestro himno y para que como reza el genio:  "Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida, y herida por un sable sin remaches ves llorar la Biblia juanto a un calefon".

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