(Frase del General griego Pirro, luego de la Batalla de Ausculum)
El kirchnerismo probablemente al momento que se concluya esta columna festejará una victoria más, a fuerza de chekera y presiones. Miles de personas, muchos funcionarios se nucléan en estos momentos en las distintas y costosas Karpas K, con piso flotante, sillones de cuero y plasmas incluidos a un costo de apróximadamente $ 60.000, a la espera que Néstor, el Presidente real se haga presente.
Por otro lado miles de otros argentinos veremos las imagenes de la desazón de una Parlamento que nuevamente no se encuentra a la altura de las circunstancias, y no porque no vote a favor de rechazar la Resolución del Ministro de Economía Nro. 125 (el "pibe" Losteau, echado por la puerta de atras). El Congreso Nacional se apresta a formalizar otro acto contra la Res-Pública y otra vez de espaldas a la voluntad popular.
Nadie niega la legalidad del acto que se lleva a cabo, el que valga decir le fue arrancado a la Reina Kristina, luego del fin de semana de los cacerolazos y la detención de D´Angeli y otros ruralistas. Lo que se cuestiona es la legitimidad de este acto y esa legitimidad le es vedada porque funcionó, como es costunbre de de los K la marroquineria.
Ya no importa si fue Saadi, el hijo de la "chachara" y el gobernador del crimen de María Soledad Morales, aquel que a pesar de las marchas del silencio y la dignidad de un pueblo conmovido por aberrante situación macabra de un crimen al amparo del poder, lo término desalojando de la Gobernación de la Provincia. Pero si importa saber cuanto o que nos cuesta ese voto o el del santiagueño Rached (un radical K de esos que deben ser expulsados de inmediato del partido en honor a Leandro Alem, ese que tuvo las pelotas para suicidarse cunado considero que la causa era traicionada por su mismo sobrino, ese mismo que dijo que "Se rompe pero no se dobla").
Kirchner comienza a caerse, Kristina puede cobrar una nueva dimensión y podría encabezar un cambio institucional que todos los argentinos esperamos. Lo dudo desde lo más intimo de mis convicciones.
Kirchner dividió al país, además de dividir al peronismo. Resurgen los monstruos, los Duhalde, los De la Sota, los Barrionuevo y otros tantos conversos que impulsaron a Néstor Kirchner al poder. Mientras tanto la mayoria miramos absortos que la solución sólo pueda darse dentro del peronismo o de ese engendro que es hoy es justicialismo, por llamarlo de alguna manera.
Esta vez pido que no sea Dios y la Patria quien los demande, espero que seamos los ciudadanos quienes nos encarguemos de ellos y nos les dejemos esa improba tarea a nuestros ancestros y al Derecho Natural.
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